En tu Palabra, Señor, nos has enseñado que la sangre de Cristo tiene poder para liberarnos del pecado y del mal. Por tanto, te pido que cubras mi vida con la sangre redentora de Jesús, para que pueda estar protegido/a de todo mal y peligro que intente acercarse a mí.En la praxis, los cristianos suelen invocar la sangre de Cristo en sus oracione